Una respuesta menor a los 400 milisegundos está considerada como una demora. Los usuarios son tan exigentes que, según el especialista de Microsoft, Harry Shum, 0.25 segundos hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso de un sitio web. Por ello, te damos algunos consejos que debes tomar en consideración para evitarlo.
1. Imágenes editadas
Aunque los temas e imágenes sofisticadas atraen a la mayoría de las personas, no es un recurso favorecedor si tardan en cargar. Los píxeles grandes restan fluidez a la página. Es importante entender que, en este ámbito, la alta definición no siempre es determinante en la escalabilidad.